El profesor Norman Finkelstein, doctor en Ciencias Políticas graduado en la universidad de Princeton y discípulo de Noam Chomsky, es quizás la voz más notoria dentro de la colectividad de judíos norteamericanos en denunciar valientemente la política de masacre y expansionismo llevada a cabo por la derecha sionista israelí en Palestina. Sus padres fueron sobrevivientes de los campos de concentración nazis y participaron del levantamiento del ghetto de Varsovia; su madre en especial fue la que le inculcó la idea que a raíz de lo sufrido en el Holocausto perpetrado por los nazis los judíos especialmente no debían permitir que aquella tragedia fuese repetida en contra de otros pueblos. Perseguido por sus ideas y excluido de los claustros universitarios por una campaña permanente de hostigamiento llevado a cabo por las instituciones representantes de la derecha israelí con el famoso y ridículo mote de “judío que se odia a sí mismo” (léase todo aquel que se oponga a las políticas criminales del estado de Israel) no ha dejado de levantar su voz allí donde otros por comodidad o complicidad prefieren callar. En sus libros –nunca refutados con contra-pruebas o argumentos, sólo con insultos y descalificaciones- expresa de manera directa la otra historia, esa que la derecha israelí pretende reescribir, adueñándose de la memoria histórica del Holocausto siendo que hasta la guerra de 1967 era solo cosa de comunistas; así podemos leer en La Industria del Holocausto – Reflexiones sobre la explotación del sufrimiento judío un párrafo como el siguiente, de estricta verdad:
Hubo aún otra razón adicional para que la Solución Final fuese un tema tabú para las élites judías norteamericanas. Los judíos izquierdistas, que se oponían al resultado de la Guerra Fría que fue el alineamiento con Alemania en contra de la Unión Soviética, no cesaban de insistir con el tema. El recuerdo del holocausto nazi terminó etiquetado de causa comunista. Atrapados por el estereotipo que identificaba a los judíos con la izquierda – de hecho, los judíos representaron un tercio de los votos obtenidos por el candidato presidencial progresista Henry Wallace en 1948 – las élites judías norteamericanas no vacilaron en sacrificar a congéneres judíos sobre el altar del anticomunismo. Ofreciendo sus archivos de supuestos judíos subversivos a las agencias del gobierno, el AJC [1] y la ADL [2] colaboraron activamente en la caza de brujas de la era McCarthy. El AJC apoyó la pena de muerte para el matrimonio Rosenberg mientras su publicación mensual, Commentary, editorializaba diciendo que los Rosenberg no eran realmente judíos.
Su obra y pensamiento guarda relación con las mejores tradiciones de la izquierda judía, no por casualidad podríamos establecer un paralelo entre Finkelstein y nuestro León Rozitchner (otro ninguneado por la academia oficial), que en el epílogo de su libro Ser Judío escribió esto:
¿Qué extraña inversión se produjo en las entrañas de ese pueblo humillado, perseguido, asesinado, como para humillar, perseguir y asesinar a quienes reclaman lo mismo que los judíos antes habían reclamado para sí mismos? ¿Qué extraña victoria póstuma del nazismo, qué extraña destrucción inseminó la barbarie nazi en el espíritu judío? ¡Qué extraña capacidad vuelve a despertar en este apoderamiento de los territorios ajenos, donde la seguridad que se reclama lo es sobre el fondo de la destrucción y dominación del otro por la fuerza y el terror! Se ve entonces que cuando el estado de Israel enviaba sus armas a los regímenes de América Latina y de África, ya allí era visible la nueva y estúpida coherencia de los que se identifican con sus propios perseguidores. Los judíos latinoamericanos no lo olvidamos. No olvidamos tampoco Chatila y Sabra.
Para acercarnos al pensamiento de uno de los intelectuales imprescindibles compartimos un documental del año 2009, American Radical - The Trials of Norman Finkelstein , subtitulado en castellano.
Notas:
[1] AJC – American Jewish Committee (Comité Judío Norteamericano)
[2] ADL – Anti - Defamation League (Liga Anti – Difamación)
American Radical - Las razones de Norman Finkelstein from Karl Albert on Vimeo.
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