Con delay: Living Colour en el Gran Rex, 12/09/2013

Living_Colour_ticket

Por motivos de tiempo no pude escribir esta pequeña crónica en su momento pero bien vale la pena hacerlo ahora porque quiero rescatar cosas que los periodistas especializados suelen pasar por alto y que para mí, por diversos motivos, son importantes. Es sabido que por razones de costos los músicos de afuera suelen llegar a estas costas si tienen alguna fecha programada en otro país, especialmente Brasil y así fue en esta ocasión, donde al día siguiente del show en Buenos Aires se presentaron en el Rock in Río.

El motivo-excusa del show fue festejar los 25 años de la salida del (genial) primer CD de la banda, Vivid (1988), plagado de futuros hits como Cult of Personality, Open Letter (to a Landlord), Glamour Boys y What’s Your Favorite Colour?. Tocaron el disco entero –por eso quedó afuera del set list un temazo como Solace of You (de Time’s Up, 1990)- y para los bises hicieron Should I Stay or Should I Go de los Clash y Sunshine of Your Love de Cream, donde invitaron a cantar a Tarja Turunen (ex Nightwish), quién vive en nuestro país; no hace falta decir que Tarja es una cantante de la ostia pero para ser sincero en verdad su estilo de canto operístico -para mi gusto- no pegó demasiado con el tema ni el estilo de la banda. Si bien la carrera de los Living Colour no es muy prolífica en cuánto a discos editados se puede afirmar sin ninguna duda que a influenciado a un montón de bandas; calificados alguna vez como los únicos negros que pueden tocar heavy metal su estilo es único. Sí, hacen heavy metal (Cult of Personality quizás el el ejemplo más claro) pero es solo una parte, todo va mixturado con hip-hop, soul, funk y hasta se le animan al straight ahead.

El show: Potentísimo, caliente, con los músicos dando lo mejor de sí; impresionante la base formada por Doug Wimbish (bajo) y Will Calhoun (batería), con toda la técnica, el ardor y el groove que necesita un cuasi power trio, no pifiaron una. Vernon Reid (guitarra), un monstruo, no solo los punteos incendiarios y a toda velocidad que le son conocidos también sabe manejar sutiles arpegios y arreglos y párrafo aparte para Corey Glover (voz), 49 años y con las cuerdas vocales intactas; obvio que ya no puede usar las calzas de su juventud pero mantuvo la voz durante todo el show (y hay que estar casi todo el tiempo cantando bien arriba). Todos hiperprofesionales sin perder la frescura.

Lo mejor: La hermosa sensación de músicos que rondan todos los 50 años y que se mantengan tan en forma sin robar con un pasado de gloria. Muy buena también la duración, 1h 40’ contando los bises, será que ya estoy viejo pero los shows kilométricos suelen ser aburridos, sobre todo cuando se rellenan con esas partecitas de egos personales prescindibles llamadas solos. Teatro lleno, con entradas a $400 y un jueves, tremenda la crisis en Argentina.

Sonido: Muy bueno, salvo pequeños desfasajes (como en el solo de batería de Calhoun). Otra certeza: No hay nada como ir a ver un show a un teatro, por acústica y porque tenes a los músicos cerca sin boludos saltando al lado tuyo y coreando sobre los riffs, como suele suceder en los estadios. Muchachos, el único coreo digno es el que hacen en Simphony of Destruction (Megadeth, aguante Megadeth…), vayan a la cancha a cantar, yo quiero escuchar a los músicos, no a ustedes. Hubo algún intento de cantito futbolero pero no pasó de ahí.

Lo peor: La infaltable demagogia de la bandera argentina, algún productor debería decirles a los músicos que siempre es un detalle de mal gusto; el sonido en los bises (¿para que subirlo a 110db de presión sonora?), el atraso en el inicio del show (40’ de demora), el solo de batería (Calhoun, sos capo, no hacía falta ni nadie se pone en éxtasis por la oscuridad y los palillos con leds). Todas cosas mínimas comparadas con el resto.

Calificación: 5 Gramscis – Excelente

 

Open Letter to a Landlord by Living Colour on Grooveshark

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