Mucho revuelo ha causado en el mundillo político la declaración de Hermes Binner –probable candidato presidencial por el Partido Socialista y sus aliados que conforman el FAP- acerca de que en Venezuela él hubiese votado por el candidato de la derecha Henrique Capriles Radonski. Personalmente creo que tiene una coherencia absoluta con la historia de su partido y de la internacional social-imperialista a la que pertenece.  La feroz campaña de desprestigio que la decadente Europa desató contra el proceso revolucionario bolivariano desde su asunción al poder –que continúa hasta hoy- tuvo como punta de lanza al social-imperialismo corporizado por el PSOE y alcanzó su clímax con la demostrada participación activa de la embajada española en el golpe del 2002 y a su principal propagandista, el diario El País de históricos lazos con el mismo y que para la ocasión dejó los pruritos ideológicos de lado y puso su maquinaria de desinformación  a las órdenes del ex falangista Aznar.

En nuestro país no hay que ir tan atrás en la historia y recordar el papel del PS junto a los demócratas de la Revolución Fusiladora; no solamente quedará entre los horrores históricos de los que aún curiosamente se dicen socialistas (Kautsky y Bernstein hoy serían bolcheviques en comparación) la frase de Norteamérico Ghioldi luego del fusilamiento del General Valle y otros 26 patriotas –levantamiento que el propio Perón defenestró en una carta a John William Cooke, vale recordar también aunque a los compradores de medio libro histórico les duela-  “Se acabó la leche de la clemencia. Ahora todos saben que nadie intentará, sin riesgo de vida, alterar el orden porque es impedir la vuelta a la democracia. Parece que es materia política, los argentinos necesitan aprender que la letra con sangre entra” sino también  su participación orgánica en la Junta Consultiva Nacional con la presencia del propio Norteamérico junto a Alicia Moreau de Justo, Ramón Muñiz y Nicolás Repetto (de lo que nunca se han autocriticado). A propósito de Alicia Moreau de Justo, incansable luchadora por los derechos de la mujer, curiosamente en su momento se opuso al voto femenino implementado por el gobierno peronista porque fue otorgado por “una maniobra política y no como una conquista social”; nada muy diferente de las críticas que se le hacen hoy al gobierno nacional, donde todo lo que se haga –así sean reivindicaciones históricas de los sectores progresistas- es por impostura o falso.

Aliados de las patronales agro-financieras con las que muy felices se muestran en Expoagro junto al Estado Mayor de la reacción dado que desde sus pantallas y páginas  hacen campaña política se han preocupado profundamente por los menesterosos campestres pidiendo durante el intento de golpe del 2008 la suspensión de las retenciones o más acá, en la provincia de Buenos Aires, votando el misérrimo aumento del inmobiliario rural dispuesto por su gobernador -también amigo de Capriles- en cuotas para no perjudicar a los poseedores de campitos que valen la bicoca de U$ 15.000 la hectárea. Es por todo lo antedicho que a lo sumo la incoherencia sería de sus aliados Libres del Sur, ávidos saltimbanquis que por una beca parlamentaria no dudan en caminar junto al representante del JP Morgan Alfonso Prat Gay o de quién les asegure el oxígeno del lugar expectante en alguna lista, claro que salpimentado con fraseología de “izquierda”: Reivindican el chavismo (y su posibilidad de reelección indefinida), pero aquí juntan firmas contra esa posibilidad, se alejaron en su momento de su alianza con el sabbatellismo porque “quieren pagar la deuda externa” pero son fervorosos defensores de los gobiernos de Correa, Evo Morales, el PT brasileño y el FA uruguayo, que mas allá de algunos matices siguen pagando sus obligaciones, para no mencionar que el jefe de la UTE donde se encuentran hoy –mañana no se sabe- propuso pagarles a los fondos buitres para recuperar la Fragata Libertad.

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