La plusvalía no existe

Leo con frecuencia en ciertos blogs a comentaristas de derecha –del signo que sea, también la peronista que lucha contra la sinarquía internacional- diciendo que ese asunto que hay naciones ricas gracias a que otras son pobres es una falacia de la izquierda trasnochada, que en realidad las naciones pobres lo son por una especie de código genético de sus habitantes que los hace ser vagos, malentretenidos y toda la sarta de argumentos racistas y cipayos a los que nos tienen acostumbrados, disimulados apenas por términos como “eficientismo” y “productividad”. Hace un tiempo atrás, el escritor Marcos Aguinis –integrante del grupo diz-que-intelectual Aurora- incluso ha llegado a expresar con argumentos dignos de un infante que “la plusvalía no existe”.

La empresa Apple lanzó el año pasado al mercado uno de esos chiches tecnológicos que hacen babear a ciertas clases medias con que su posesión les hará la vida mucho mas feliz y plena: el iPad, un lector de libros electrónicos, pero parece que detrás del mismo se esconde una historia siniestra, una más a la que el capitalismo nos tiene acostumbrados desde el inicio de los tiempos. Así lo describe el diario británico The Independent:

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Bajo un título ingenioso –”Un producto para morirse por el”- que podría ser tranquilamente una frase del departamento de marketing de Apple y expresa lo que sienten ciertas personas ante estos lanzamientos de la tecnología y sus ganas irrefrenables de poseerlo, acertadamente el diario inglés le agrega un signo de interrogación. Y luego muestra dos fotos, una del iPad y otra de uno de los obreros de la empresa taiwanesa Foxconn, fabricante del producto y con plantas industriales en China; el epígrafe de cada foto es el siguiente:

  • iPad: “Este es el iPad, el producto de consumo más ansiosamente esperado del año, disponible en el Reino Unido a partir de mañana”.
  • Obrero: “Este es Ma Xiangqian, llevado al suicidio, la última víctima de las inhumanas condiciones en las fábricas de electrónicos en Asia”.

La historia es así: el gigante de la electrónica Foxconn, parte de la Taiwan's Hon Hai Precision Industry Company, que emplea a mas de 800.000 personas (el mayor fabricante de electrónicos OEM de mundo) y produce motherboards, celulares y todo tipo de aparatos, como el iPad, para empresas de la talla de Apple, Nokia y Hewlett Packard entre otras, en los últimos 5 meses ha tenido entre su personal 13 intentos de suicidio, de los cuales 10 fueron efectivos, el último de ellos particularmente dramático como el de Ma Xiangqian, que se arrojó al vacío desde el séptimo piso de su dormitorio en la empresa (sí, viven dentro de la empresa, como en los tiempos de la Revolución Industrial y la máquina de vapor, cuándo el obrero dormía al lado de la misma). Según todos los testimonios, esto se debe tanto a las terribles condiciones de trabajo y bajos salarios como a la presión que los directivos de la empresa ejercen sobre los trabajadores para que cada día produzcan mas. Por supuesto, tanto Steve Jobs –CEO de Apple, tan canchero y cool con sus jeans y su barba descuidada- como las autoridades de HP han manifestado su (hipócrita) preocupación por el tema, pero ninguna de ellas ha cancelado sus pedidos a Foxconn. Business are Business, boy. Por su parte, las caritativas autoridades del gigante asiático están estudiando un aumento de salarios para motivar a sus trabajadores y también ha contratado a 2.000 cantantes, bailarines y profesores de gimnasia (!) para distraer al personal. Como la diversión no quita lo práctico, están colocando rejas en cada ventana para impedir los suicidios en el futuro.

Como si lo mencionado anteriormente ya no fuese un macabro grotesco per se, la empresa -en otra abominable vuelta de tuerca- anunció que dejará de pagar compensaciones a los familiares de los trabajadores que se quiten la vida. La decisión fue tomada después que sus directivos opinaran que “algunos de los empleados que se han suicidado lo hicieron para que sus familias cobraran una indemnización” (sic), según informó la agencia oficial de noticias Xinhua. El salario promedio de cada trabajador es de 100 euros al mes, que incluye jornadas de 15 horas diarias, seis días a la semana y, como ya se mencionó, vivir dentro de la propia fábrica. El precio de un iPad de la gama más baja en cualquier tienda europea ronda los 500 euros, es decir, la venta de uno solo de estos aparatos representa el salario de cinco meses de un obrero-esclavo de Foxconn (seguro de suicidio incluido).

¿Se entiende ahora lo que significa el termino plusvalía y de su existencia como condición necesaria para el proceso de acumulación capitalista?

 

Imagen: The Independent

Un recuerdo en el Día del Maestro: Bravo, Alfredo

El fallo de la Cámara Federal que condenó al almirante Horacio Zaratiegui a un año de prisión y al pago de cien millones de australes por daño moral al profesor Alfredo Bravo, secuestrado y torturado durante la dictadura militar, llega con cinco años de retraso, que mortificaron al Presidente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos. Zaratiegui, con la intención de ayudar a los ex comandantes juzgados en 1985 y desacreditar los testimonios en su contra, afirmó que Emilio Massera había intercedido por la libertad de Bravo y le había concedido a él y a su esposa empleos en el Ministerio de Bienestar Social. Esa manifestación, dice el voto del camarista Mario Gustavo Costa, al que adhirió su colega Horacio Cattani, “no resiste el menor análisis”. Añade que Bravo había obtenido por concurso un cargo como inspector de Recaudación Previsional, antes de su secuestro, del que fue cesanteado por el gobierno de Massera, y que su esposa, con 25 años de antigüedad como maestra, había ganado por concurso la vice dirección de una escuela, antes incluso del golpe militar.

Costa agrega que Zaratiegui aseveró voluntariamente hechos falsos. “Bravo mantuvo durante esos años una publica actitud de critica a los actos del gobierno militar, en particular a través de sucesos vinculados a docentes y problemas educativos, circunstancia que le valió largos meses de detención. Todo ello torna ciertamente improbable la suerte de traición a sus convicciones y actos públicos que le achacó el querellado, sin hablar de lo inverosímil que resultaría el intento de conciliar en el plano de las políticas educativas las orquestadas por el Proceso y las que Bravo defendía, puesto que la pretendida colaboración se habría prestado en esa materia”. Según la Cámara, “no caben dudas respecto del detrimento en la honra y prestigio de una persona comprometida por ideales como los perseguidos por el Profesor Bravo que irrogan afirmaciones falsas sobre su actuación, máxime cuando se las relaciona con los momentos aciagos para la vida nacional en que se habrían producido esas conductas”.

Alfredo Bravo lloró al conocer la sentencia. “Son pavadas de un viejo socialista, que no tiene otro bien que su conducta de toda una vida”, se disculpa. La defensa de la honra y el buen nombre de cada uno sólo puede parecer una pavada en el clima descompuesto de una sociedad en la que un secretarios de Estad pretendió que no podía existir un denunciado cohecho porque el negocio era por menos de medio millón de dólares.
Los dos jueces de la Cámara que condenaron a Zaratiegui son de origen peronista. Costa, además, tuvo una larga militancia nacionalista, de estrella federal y reverencia a Don Juan Manuel. Su reconocimiento a la trayectoria ética del socialista Bravo es un símbolo auspicioso para la lenta, dolorosa y a menudo exasperante construcción de un sistema democrático en la Argentina.

Horacio Vervitsky, 14 de Marzo de 1991
del libro “Hemisferio Derecho”
1998 © Editorial Planeta

Las bellas almas del ¿progresismo?

Leemos que algunos artistas sensibles de la Madre Patria, entre los que se cuentan los cantantes Ana Belén y Víctor Manuel (foto) han firmado un manifiesto que esta circulando por Internet para exigir la liberación inmediata e incondicional de los presos políticos del régimen (sic) cubano, a raíz del fallecimiento de Orlando Zapata Tamayo en prisión mientras realizaba una huelga de hambre. Este hombre, que fue presentado por la prensa dominante como un mártir de la disidencia política en la isla, no era más que un pobre delincuente común que fue a prisión justamente por eso, no por sus ideas. A pesar de lo antedicho, no esta demás repensar desde el campo de la izquierda el porqué las cosas se dejaron llegar a este punto, como bien expresa esta nota de Joseba Macías en Kaos en la Red, un sitio absolutamente alejado de las ideas del Imperio.

Por supuesto, ahora que las revoluciones no están de moda en el mundo y los socialistas españoles solo tienen de izquierda el nombre del partido, salen estas bellísimas y perfumadas almitas, tan preocupadas con lo que pasa en Cuba -que con su sola presencia y resistencia a 52 años de agresión imperial les refriega en la cara que otro mundo es posible, ese mismo mundo por el que se babeaban años atrás, antes del Euro y la OTAN- y tan ciegas a los estropicios que comete su gobierno tanto dentro de su país (con más de 700 presos de la izquierda abertzale inconstitucionalmente dispersos por toda la geografía del Reino, de los cuáles una ínfima parte han pertenecido a la ETA), como en el exterior, con la presencia de soldados españoles en la invasión imperialista a Irak y muy especialmente -porque nos toca de cerca- participando en el intento de golpe de estado contra el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, amén de la permanente campaña de mentiras y hostigamiento que sufre por parte de la prensa española, con especial énfasis del diario El País, tan ex-progresista como los amigos que motivan este post. Y no nos podemos olvidar que estas bellas personas no han dicho esta boca es mía cuando se destapó la historia de la Triple A española, los GAL, creada en las sombras por el muy socialista gobierno de Felipe González (el Señor X de los expedientes) para “combatir” al terrorismo de ETA.

¡Que tiempos aquellos Anita, cuándo justificabas y aplaudías cada una de las medidas del gobierno de la Revolución! (incluidos los fusilamientos de los terroristas de la gusanería). Claro, ahora defender a Cuba no paga bien dentro de tu país ni tampoco la isla está en condiciones de sostener el turismo de los diletantes revolucionarios como antes. Pobre Willy Toledo, actor español que esta siendo linchado mediáticamente por sostener ideas contrarias al consenso dominante, sin que tu voz ni la de tu marido se haya levantado en su defensa. Pobre Antonio Machado cuando escribía aquello de la otra España, la de la rabia y de la idea; parece que solo ha quedado la España de la charanga y la pandereta, entusiastamente sostenida por los amigos del PSOE, que curiosamente deben verse a si mismos como progresistas aumentando el IVA, subiendo el tope de la edad jubilatoria, recortando gastos de la seguridad social y limpiándole el camino al poder al derechista Partido Popular.

Mientras más conozco a cierta diz-que-izquierda europea, mas aprecio al turbulento populismo argentino.

"Si nosotros nos revelamos incapaces de alcanzar una cohabitación
y acuerdos con los árabes, entonces no habremos aprendido
estrictamente nada durante nuestros dos mil años de sufrimientos y
mereceremos todo lo que llegue a sucedernos."

Albert Einstein, carta a Weismann, 1929.

 

¿Recuerdan cuando hace dos mil años los judíos palestinos, nuestros antepasados en Massada sitiada, enfrentaron las legiones del Imperio romano y se suicidaron en masa para no rendirse? ¿Recuerdan la rebelión popular y nacional de nuestros macabeos contra la invasión romana, cuando murieron decenas de miles de judíos y se acabó la resistencia judía en Palestina y nos dispersamos otra vez por el mundo? ¿No piensan que esa misma dignidad extrema que nuestros antepasados tuvieron, de la que quizá ya no seamos dignos, es la que lleva a la resistencia de los palestinos que ocupan en el presente el lugar que antes, hace casi dos mil años, ocupamos nosotros como judíos? ¿No se inscribe en cambio esta masacre cometida por el Estado de Israel en la estela de la "solución final" occidental y cristiana de la cuestión judía?. ¿Han perdido la memoria los judíos israelíes? No: sucede que se han convertido en neoliberales y se han cristianizado como sus perseguidores europeos, que, luego de exterminarlos, empujaron a los que quedaron vivos para que se fueran a vivir a Palestina con el terror del exterminio a cuestas.

El meollo de la actual tragedia está en la Shoá. Si la memoria de su pasado define el sentido histórico que marcó el "destino" del pueblo judío, donde se van hilando las cuentas de nuestro derrotero, y si el acto final en el que culmina ese destino convoca a los judíos israelíes a aniquilar la resistencia de otros pueblos inocentes, algo del sentido histórico ha desaparecido de la memoria de los israelíes. ¿Puede ser invocada la Shoá sin ser infieles a los desaparecidos, cuando al mismo tiempo el sentido completo de ese acontecimiento monstruoso ha quedado oscurecido? ¿Cómo podríamos "hacer memoria" si la construimos con los únicos recuerdos de nuestro pasado que los culpables europeos del genocidio nos autorizan? Es cierto: si los israelíes recuerdan todo, pierden a sus aliados. Porque la memoria de la Shoá que llevó al retorno a una tierra perdida hace mucho tiempo tendría que volver a ser pensada.

Lo primero a recordar: nuestros perseguidores históricos no fueron ni son los palestinos. Nuestros perseguidores estaban y siguen estando en las naciones de cultura europea que nos expulsaron y masacraron, y sin embargo son ellos los que siguen marcando el destino de todos nosotros, sobre todo de los judíos israelíes. ¿Será por eso que se busca olvidar a los verdaderos culpables de la Shoá? Los israelíes ya no se preguntan por el pasado bimilenario judío. Nunca los judíos, salvo excepciones, acusan del exterminio judío a la religión cristiana y a la economía capitalista que produjeron necesariamente la Shoá, como la conclusión de un silogismo que se venía desarrollando en Europa cristiana desde su mismo origen, como si el nazismo hubiera sido sólo un accidente sin antecedente en la historia europea y todo comenzara con Hitler. ¿No será que luego de la Shoá ustedes, los descendientes de los judíos europeos asimilados, se aliaron luego con los exterminadores en un pacto oscuro que el terror dictaba, y volvieron ahora todos, de cierta manera, a ser judeo–cristianos? Porque seamos honestos: el Tercer Reich se ha prolongado en el 4º Reich del Imperio norteamericano.

Es claro: prefieren no saberlo porque el Estado de Israel está –nosotros los judíos latinoamericanos sí lo sabemos– al servicio del poder cristiano–imperial de los EE.UU. ¿O van a creerse que los EE.UU. y Europa combatieron al nazismo para salvar a los judíos? ¿Por qué ahora habrían de seguir persiguiéndolos si mantienen lo que tienen de judíos congelado sólo en lo arcaico religioso? Pero ¿no les dice nada pasar a ocupar ahora el lugar impiadoso, como brazo armado de los poderosos capitalistas cristianos, contra una población civil asediada y asesinada por osar defenderse contra la expropiación ilimitada de un territorio que debía ser compartido?

Recordemos. Karl Schmitt, filósofo católico del nazismo, había puesto de relieve lo que la hipocresía democrática ocultaba: las categorías políticas son todas ellas categorías teológicas. Es decir: la política occidental (democrática y capitalista) tiene su fundamento en la teología cristiana. Es notable: Schmitt coincide con lo que Marx joven decía en Sobre la cuestión judía: el fundamento cristiano del Estado germano se prolonga como premisa también en el Estado democrático. Y si la política occidental al desnudarse muestra su fundamento teológico oculto, sin el cual no hubiera habido capitalismo, entonces toda política de Estado capitalista era antijudía, porque ése era el escollo que el cristianismo había encontrado para consolidarse como religión universal. No contra los judíos cristianizados que, como ustedes en Israel, apoyan esa política, es cierto. Ustedes tienen de cristianos, sin saberlo, lo que ocultan en su propia memoria al ocultar que la Shoá como "solución final" fue un exterminio teológico (cristiano) político europeo. Schmitt la tenía clara. Lo que el sutil filósofo alemán católico necesitaba activar, en momentos de peligro extremo para el cristianismo y el capitalismo frente a la amenaza de la Revolución Rusa y las rebeliones socialistas, era el fundamento cristiano escondido en la política: el odio visceral y alucinado religioso antijudío para que en Europa reverdeciera con toda intensidad el fundamento grabado durante siglos en el imaginario popular cristiano. Y con ese vigor arcaico reverdecido pudieran enfrentar la amenaza revolucionaria del judeo–marxismo.

Por eso, frente a la apariencia liberal de la política democrática como una relación "amigo-amigo", el fundamento de la política nazi extremaba las categorías de "amigo–enemigo" que Schmitt vuelve a poner de relieve en el "estado de excepción" como la verdad oculta de la democracia: el único enemigo histórico cuando entra en crisis el fundamento social europeo son nuevamente los judíos. En 1933, frente a la amenaza del socialismo tildado quizá con cierta razón de judío, resurgía para muchos europeos todo su pasado y encontraban en los judíos el fundamento más profundo de lo más temido para su concepción cristiana: las premisas judías de un materialismo consagrado, no meramente físico cartesiano como la economía capitalista requería. Por eso Schmitt vuelve a desnudar las categorías fundantes adormecidas que la teología católica mantenía vivas: volvía al fundamento religioso de la política cristiana del Estado democrático para enfrentar el peligro del "comunismo ateo y judío". Sucede que en ese momento los judíos laicos formaban parte de la creatividad moderna que en Europa alimentó el pensamiento político y científico: eran rebeldes todavía, no como tantos de ahora, y por eso Marx de joven pensaba que los judíos, una vez superada su etapa religiosa y se hicieran laicos prolongando la esencia judía más allá de lo religioso, podrían pasar a formar parte activa de la liberación humana.

Y cuando al fin los europeos creían haber logrado en el siglo XIX la universalización del cristiano–capitalismo que se expandía colonizando a sangre y fuego el mundo, aparece otra vez el materialismo judaico como premisa del socialismo, que no es físicamente metafísico sino que parte de la Naturaleza como fundamento de la vida del espíritu humano. Tiemblan entonces en Europa los fundamentos cristianos de la política y de la economía: un nuevo fantasma la recorre y se manifiesta en una teoría judía revolucionaria. De lo cual resulta que en momentos de crisis Hitler sólo representó, en términos estrictamente religiosos, culturales y políticos, el temor de toda la cultura occidental ante los comunistas y los judíos como los máximos enemigos de ambos, ahora renovados: del capitalismo y del cristianismo. El racismo de los nazis –esa "teozoología política"– no es más que el espiritualismo cristiano secularizado que el Estado nazi consagró laicamente en las pulsiones de los cuerpos arios.

Una vez aniquilados los millones de judíos –como luego fueron arrasando y aniquilando con la misma consigna a millones de soviéticos "judeo-comunistas"– el impacto aterrorizante de la "solución final" hizo que los judíos casi nunca, salvo muy pocos, se atrevieran a señalar a los verdaderos culpables del genocidio (como pasó entre nosotros con los genocidas). Con la derrota de los nazis como únicos culpables –según cuenta la historia de los vencedores– desapareció en Europa la historia de los pogromos y las persecuciones cristianas medievales y modernas que nos aterraron durante siglos: la de los franceses tanto como la de los italianos, los españoles, los polacos y los rusos mismos. Sólo los nazis alemanes fueron antijudíos.

Los judíos cristianizados por el terror del cristiano-capitalismo en Europa luego de la Shoá buscaron su "hogar" fuera de Europa: se instalaron en Palestina, como si el reloj de la historia, ahora teológica, se hubiera detenido hacía dos mil años. No se dieron cuenta de que la mayoría de los judíos que volvían a Israel no eran como nuestros antepasados que se habían ido: los descendientes de los defensores de Massada o de los macabeos. Buber, Gershon Scholem y tantos otros sí lo recordaban. Nadie quería que nos volviera a pasar otra vez lo mismo, es cierto; pero en vez de enfrentar y denunciar a los verdaderos culpables del genocidio –que ahora nos apoyaban para que nos fuéramos para siempre de Europa y termináramos nosotros mismos la etapa final democrática de la "solución final" judía que ellos comenzaron– los israelíes terminaron sometiendo a los palestinos como los romanos, los europeos y los nazis lo hicieron antes con nosotros. Pero primero tuvieron que vencer la resistencia de nuestros pioneros socialistas.

Los israelíes, apoyados ahora por el Imperio cristiano–capitalista que los había perseguido, crearon también en Israel un Estado teológico, pero la "parte" secularizada dentro de ese Estado judío siguió siendo la del Estado cristiano. Volvieron como judíos para culminar en Israel la cristianización comenzada en Europa: mitad judíos eternos en lo religioso, mitad cristianos secularizados en lo político y en lo económico. Por eso ahora en Israel el Estado mantiene la economía neoliberal capitalista y cristiana sostenida por los religiosos judíos sedentarios, detenidos en el tiempo arcaico de su rumiar imaginario. Y por el otro lado los israelíes son neoliberales en la política y en la economía y en la ciencia "neutral", cuyas premisas iluministas son cristianas. Mitad judíos en el sentimiento, mitad cristianos en el pensamiento.

Y por eso quieren que todos, también aquí y ahora, seamos como ellos: judeo-cristianos como el rabino Bergman, avalado por el cardenal Bergoglio, o judíos–laicos como Aguinis, neoliberal letrado avalado por el obispo Laguna. O como los directivos de la AMIA, que tienen la potestad de determinar si soy o no judío. Si soy judío "progresista" y no me secularicé como cristiano, entonces no soy judío, no podré aspirar a ser enterrado en un cementerio comunitario porque me faltaría la parte cristiana de mi ser judío. Pero judíos–judíos, esos que prolongan en lo que hacen o piensan los valores culturales judíos, quedan al parecer muy pocos, aunque sean muchos los que leen hebreo o reciten kaddish en la tumba de sus padres. Todos están aureolados con la coronita del cristianocapitalismo que al fin los ha vencido por el terror cristiano luego de dos mil años de resistencia empecinada: convertidos ahora al "judeo-cristianismo".

Por eso la creación del Hogar Judío en Palestina tiene un doble sentido: la "solución final" europea tuvo éxito, logró su objetivo, el cristianismo europeo se desembarazó de los judíos y muchos de los que se salvaron se fueron de Europa casi agradecidos, sin querer recordar por qué se iban y quiénes los habían exterminado. La Europa cristiana y democrática se había sacado el milenario peso judío de encima. Pero mis padres, que llegaron a las colonias judías de Entre Ríos, sí lo sabían.

Todos los judíos estamos pagando esta inmerecida transacción, ese "olvido" del Estado de Israel, al que seguramente se habrían negado los defensores del Ghetto de Varsovia, que murieron, ellos sí, sabiendo quiénes eran los responsables políticos, económicos y religiosos –estaban a la vista–- como los millones de judíos europeos que murieron en los campos de exterminio. Los judíos que vinieron luego, esos que estamos viendo, no quisieron ni pensar a fondo en los culpables: se unieron a los poderosos y saludaron alborozados que el socialismo stalinista antisemita se derrumbara arrastrando al olvido al mismo tiempo, como si fuera lo mismo, la memoria de los pioneros judíos revolucionarios asesinados por Stalin. Por eso sus sueños mesiánicos dependen ahora únicamente de los cristianos y del capitalismo para poder realizarse. Sólo tenían que hacer una cosa: permutar al enemigo verdadero por un enemigo falso. Estamos pagando muy cara esta conversión judía. Los israelíes, ya vencidos en lo más entrañable que tenían de judíos históricos, se han transformado en la punta de lanza del capitalismo cristiano que los armó hasta los dientes para enfrentar el mayor y nuevo peligro que tiene el cristianismo: los mil millones de musulmanes que pueblan el mundo. Pero ni los musulmanes ni los palestinos fueron los culpables de la Shoá: los culpables del genocidio son ahora sus amigos, que los mandan al frente.

Y aquí cierra la ecuación política amigo-enemigo de Karl Schmitt. Antes, hasta la Segunda Guerra Mundial, el fundamento teológico de la política era "amigo/cristiano–enemigo/judío". Ahora que los judíos vencidos se cristianizaron como Estado teológico neoliberal la ecuación es otra: "amigo/judeocristiano–enemigo/musulmán". ¿Este es el lamentable destino que Jehová nos reservaba a los judíos? Porque de lo que hacen ustedes en Israel depende también el destino de todos nosotros.

León Rozitchner, 1924 - 2011, in memorian

Por una concreta solidaridad latinoamericana

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La tan proclamada solidaridad latinoamericana es en demasiadas ocasiones apenas una línea en un documento firmado en alguna reunión de cancilleres y/o presidentes, algo que queda bello y políticamente correcto pero que suele ser inocua a efectos prácticos. Como vemos en el cuadro de arriba, una nación hermana y amiga de este país como lo es Cuba, a la que nos une los lazos profundos de la Historia y que sufre un bloqueo absurdo y criminal desde hace 50 años por parte de la primera potencia económica y militar del mundo tiene una deuda externa con países de la región donde nosotros, lamentablemente, encabezamos –y por lejos- el ranking de los acreedores.

Cuba, luego de la caída de la ex URSS, perdió a su principal aliado estratégico, que le aseguraba las compras de su principal producto de exportación –el azúcar- a precios superiores al mercado y era abastecida a su vez de insumos esenciales, desde los militares a medicinas, a valores inferiores que cualquier otro proveedor pudiera ofrecer. Hoy, no sólo que aún depende en gran medida de la exportación del monocultivo –a pesar de los ingentes esfuerzos de la Revolución por diversificar el ingreso de divisas- pero a valores de mercado, sino que a raíz del bloqueo imperial para adquirir productos debe hacer en muchos casos maniobras de triangulación para evitarlo, resultando el precio final pagado el doble o hasta a veces el triple del original. Para que se den una idea de lo que significa el bloqueo: La isla es una gran productora de níquel, pero si una empresa de cualquier país del mundo exporta productos a USA que contengan ese material, debe demostrar que el níquel usado en el proceso productivo no es cubano, caso contrario, se vería expuesta a sanciones.

Hoy, Cuba esta sufriendo a raíz del bloqueo asesino del águila imperial una muy delicada situación y los países latinoamericanos no pueden permanecer indiferentes, librando a la isla a su suerte. En el caso argentino, el origen de la deuda está en un préstamo otorgado durante la gestión del Ministro José Ber Gelbard y que fue usado casi en su totalidad para comprar insumos fabricados aquí, entre ellos los automóviles Ford, empresa a la que nuestro país –en una valiente y destacable actitud- obligó por aquellos años a desconocer el bloqueo impuesto por su casa matriz siguiendo las directivas del Departamento de Estado. Con la ruptura del orden constitucional de 1976, no sólo la Dictadura rompió relaciones diplomáticas con Cuba sino que también se negó a vender los repuestos de aquellos productos que la isla había adquirido, dejando prácticamente inutilizado el parque automotor de origen argentino.

Es incomprensible que Argentina, que forzó a sus acreedores a aceptar una muy exitosa quita de su deuda externa que llegó casi al 75%, aún mantenga una acreencia de este tipo con una nación hermana con la que no solamente comparte lazos históricos sino que fue muy generosa con nuestros exiliados políticos, brindándole tanto a ellos como a sus hijos las mejores casas, colegios y trabajos, por no mencionar la cantidad de médicos y estudiantes que concurren en forma totalmente gratuita a las diversas especiales que dictan los cubanos. Y a pesar de sus dificultados, Cuba sigue siendo un ejemplo conmovedor de solidaridad, como su aporte al vital programa venezolano de salud “Barrio Adentro”, iniciado y diseñado por médicos cubanos. En definitiva, todos los países de la región tienen una deuda de gratitud y monetaria con la generosidad revolucionaria.

Nuestro país, que se encuentra negociando la deuda con el Club de París y lamentablemente, por lo poco que se ha dejado trascender, aceptando las condiciones de éste –lo que elevaría la deuda de US$ 6.000 millones a US$ 9.000- paradójicamente no extiende tamaña “generosidad” a quién sí debería ser beneficiaria de la misma; en algún momento, el ex Canciller Rafael Bielsa les propuso a las autoridades de la Revolución una quita del 75% sobre el total del monto + intereses, pero en mi humilde opinión y en vista de los antecedentes, creo que el paso a dar es condonar en forma total y definitiva esta deuda que ya no es tal. Y convencer a los otros países de la región a seguir el mismo camino, lo que no sólo aliviaría las finanzas de un país heroico y ejemplo de resistencia al Imperialismo sino que a su vez seria un fuerte gesto de respaldo hacia adentro del bloque regional.

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